La existencia del pan en la dieta tradicional se remonta a tiempos prehistóricos. Los egipcios también valoraban muy seriamente este producto, ya que lo consideraban una moneda en la que se pagaban los salarios. Sin embargo, su mayor prosperidad es el Imperio Romano, que tiene una estufa pública, y la caldera es muy importante a nivel cultural y en el departamento comercial.
¿Cuál es la base del buen pan? El secreto está en mezclar ingredientes básicos como harina de cereales (trigo, centeno, maíz, etc.), sal, agua y levadura para conseguir la fermentación.
Es cierto que recientemente, las panaderías artesanales han experimentado un gran cambio hacia productos más sofisticados, introduciendo nuevas adiciones a la masa como semillas (sésamo, semillas de amapola, lino), frutas secas (nueces, pasas) e incluso ingredientes divertidos y menos comunes como f . por ejemplo, salchichas o chocolate. Todo ello para hacer más atractiva la propuesta final no solo desde el punto de vista estético, sino también desde el punto de vista nutricional. Todos estos ingredientes aportan valor al producto final y tratan siempre de preservar el buen hacer de la panadería tradicional, basado en la utilización de los mejores ingredientes, respetando el tiempo de fermentación y horneado de la masa. El gran trabajo del panadero es una parte importante e integral del proceso, ya que la masa se enrolla y se forma a mano. Es esta característica la que distingue a los productos hechos a mano y hace que cada producto sea único. Su diseño final es irregular, un detalle que muestra la esencia de la tradición.
Por ello, la base de una panadería artesanal es la utilización de materias primas de calidad; tiempo de fermentación y manipulación manual durante la transformación dando como resultado hogazas, hogazas, bollos, roscas… además de complementos como diferentes tipos de pan y semillas o frutos secos. Todos los días encontrarás productos que están hechos a mano de principio a fin. Y aplicar productos “recién hechos” que pasan por todo el proceso (mezcla de ingredientes, amasado, moldeado a mano, fermentación y horneado) en el mismo día. Los procesos mecánicos en todos estos procesos son prácticamente inexistentes, y las pequeñas mecánicas utilizadas se adaptan al entorno tradicional.
El pan artesano es un producto saludable y altamente nutritivo. De hecho, no necesita ningún aditivo artificial. El ácido se usa durante la fermentación, lo que también agrega textura y sabor. El producto se adapta a las necesidades individuales del cliente y se vende en tiendas especializadas.